Durante los mil años que median entre el llamado Tercer Período Intermedio (1069 a.C.-664 a.C.) y la dominación romana la historia de Egipto fue convulsa. Tras la época tanita y la anarquía libia, los faraones nubios restauraron la religión tradicional. Luego, superando la invación asiria, la dinastía saíta supuso un renacimiento de los antiguos valores. Ya en la Baja Época, el dominio persa terminó con los últimos faraones indígenas y la conquista macedónica de Alejandro abrió el período ptolemaico, cuya decadencia aún tuvo una última irradiación de poder en Cleopatra VII, pero ya bajo la presencia de Roma. (