Bruno Garza inicia un viaje por diferentes ciudades del mundo en búsqueda de su mujer, mientras se replantea las razones de su quiebre matrimonial En Pasiones griegas, su protagonista, Bruno Garza, está radicado en una pequeña ciudad universitaria del medio oeste norteamericano, donde ostenta una cátedra sobre pensamiento utópico. Bruno Garza lleva en esta aburrida ciudad una plácida existencia, posee una casa confortable con vista al río, su esposa es también una afamada especialista universitaria y su única hija, ya fuera de casa, estudia en Nueva York. Bruno, que ya bordea los cincuenta, se sacude el tedio con ocasionales infidelidades, viajes, congresos y la redacción de algún libro. Una mañana, un correo electrónico de su mujer lo sacude y hace tambalear su existencia. «No volveré. No me llames, ni me busques.» Bruno, tras algunas indecisiones, decide emprender la búsqueda de Fabiana, su mujer, en un viaje que le llevará por lugares tan distintos como Nueva York, Estocolmo, Guatemala, Antigua, o Creta. Entre tanto viaje, Bruno tiene tiempo de reflexionar, de entender qué ha ido mal en su relación matrimonial. Ampuero aprovecha esta instancia para darnos pistas sobre la mujer y su pasado.